Librerías con encanto

Espacios que albergan arte, historias en formato libro, editoriales especiales. Para aquellos que tienen hambre de ilustración, de poesía, de letras. Librerías que surgen gracias a que alguien antepuso imaginación a negocio.

La que concentra más arte por su pasado escénico es la sevillana Beta situada en la comercial calle Sierpes.  Ejemplares que se intercalan con un pasado que se intuye estelar y expuestos sobre un escenario custodiado por un telón que abraza, unos focos y una platea, aunque sus butacas han sido sustituidas por expositores. Puedes ser cómplice de la magnitud de lo que un día fue un teatro.

Librería teatral, Sevilla.

De Sevilla nos trasladamos a París donde Shakespeare&Co nos traslada a una librería bohemia, con un espacio de atmósfera anticuada y libros de cuarta mano. Resulta expectante encontrar varios catres en recovecos abuhardillados en el segundo piso de la tienda. Son un obsequio con referencia a los trotamundos, que pueden recuperarse de una larga caminata mientras leen Madame Bovary.

Shakespeare & Co, París.

Aprovecho para citar la librería del Círculo de Bellas Artes  de Madrid que rotulan con el  nombre de Antonio Machado. Me gustaría “desearle” una buena recuperación tras el intento de incendio que sufrió el pasado mes. Merece ser citada no tanto por su interior como por el edificio que la aguarda. Con una azotea  accesible al séptimo piso desde la que divisar una vista despejada de la capital y un primer plano de la inmensa cúpula de pizarra del Metrópolis.

CBA Madrid

Y aunque más que librería, biblioteca, Admont que casa muy bien en la Austria Barroca con sus dimensiones de palacio. Tal vez se pierda la concentración de la lectura entre cúpulas, frescos y medallones.


Biblioteca Admont en Alpes Austríacos.

"Tal vez las grandes superficies nunca

puedan ofrecer grandes sensaciones."

Patitos

  Cambiemos
“Una aguja en un pajar”        por
 “Un patito en el océano”

Si las posibilidades de acertar una combinación ganadora en algún sorteo de lotería, son mínimas, más complicado resulta encontrar un adorable patito de goma mientras nadas en la playa. Recojo esta historia que me parece inquietante. Patitos que naufragaron, aunque más bien podría decirse que fueron liberados de su contenedor cuando se hundió el carguero en el que iban hacinados. Estos simpáticos amarillos de pvc pudieron disfrutar de una segunda oportunidad exentos de una vida que fue diseñada para amenizar el baño  de los bebés. Privados de libertad, de olas y fabricados en China.

Han sido puestos a prueba en nuestra bañera más extensa, nuestro mar. Han navegado valientes muchas millas hasta llegar a descansar en tierra firme. En España se encontraron en Costa da Morte. Tras ese esfuerzo,  tienen merecida una doble nacionalidad.

 20 años después se siguen divisando en costas lejanas a su partida, ayudando a completar estudios geográficos sobre las corrientes y las mareas.

¿ Y el patito que tienes en tu bañera,

es autóctono del Pacífico ?